por Juan José Quispe – Jefe de Innovación Tecnológica TI Yobel SCM
El uso intensivo, y en ocasiones extremo, de las aplicaciones móviles en nuestro quehacer diario acuñó una nueva tendencia: la economía de las aplicaciones. La economía de aplicaciones no es más que el entorno económico generado por la aparición de la primera tienda de aplicaciones móviles: App Store en 2008. Le siguió luego Google Play y finalmente Windows Store. La economía de las aplicaciones involucra la venta, publicidad, networking comercial generadas por apps gratuitas y la venta de smartphones. En 2020, la economía de las aplicaciones podría duplicarse en tamaño llegando a $ 101 mil millones de dólares, según el investigador de mercado App Annie. En este entorno multimillonario la calidad del software, la experiencia del usuario/cliente (UX) y la velocidad son los pilares de esta tendencia que ha llegado para quedarse.
Nuestros centros de distribución desbordan en información de valor para nuestros clientes. Dicha información brinda ventaja competitiva a nuestro cliente frente a los competidores. La frase “renovarse o morir” ahora tiene más sentido que en el pasado pues el sector logístico depende de la velocidad y la anticipación de las necesidades de información de nuestros clientes.
¿Cómo lograrlo? ¿Qué paradigmas debemos derrumbar? ¿Nuestro equipo humano está preparado? ¿Existe convencimiento de los altos directivos de que es el camino que debemos seguir? ¿Existe presupuesto? Estas son algunas interrogantes que se deben resolver para utilizar las siguientes herramientas tecnológicas:
Esta herramienta es un monitor de eventos de negocio que permite obtener en tiempo real los resultados de las operaciones, los procesos y las transacciones. Una de sus principales características es presentar los resultados en cuadros de mando o dashboard en los cuales se presentan indicadores de desempeño que son utilizados para asegurar y proporcionar visibilidad de las operaciones. El principal beneficio del BAM es proveer mejores decisiones de negocio, resolver rápidamente incidentes e iniciar, según el resultado de los eventos, una reingeniería de procesos. Por otro lado, haciendo una comparación con el Business Intelligence (BI) vemos que si bien el BI presenta conocimiento para el negocio producto de la recopilación de datos e información de los sistemas transaccionales no deja de ser información post-mortem, mientras que los dashboard de BAM trabajan un tipo de información que es más bien viva y cambiante.
Los dashboard de BAM se ubican dentro de lo que se denomina Operational Intelligence (OI), el cual correlaciona una extensa variedad de eventos, inclusive de máquinas, y datos en tiempo real para mostrar el rendimiento de negocios, la salud y las acciones inmediatas a tomar. En un espectro más amplio OI incluye los siguientes componentes tecnológicos:
En un artículo publicado en PWC (Price Waterhouse), John Donovan, Sanjay Macwan, y Jacob Feinstein de AT&T describen cómo las API conforman un veloz camino en sus esfuerzos de innovación. Con la apertura de capacidades horizontales y verticales centrales a través de APIs REST públicas, AT&T ha establecido una plataforma digital que impulsa un ecosistema de servicios centrados en la red. Se trata entonces de una opción arquitectónica diseñada para lograr velocidad.
Mediante las API’s el costo de las interacciones entre grandes sistemas transaccionales se reducen a cero. Su factor clave se encuentra en el desbloqueo de valor latente en los activos de datos y de información mediante la combinación con otros activos, sean internos o externos.
Es importante mencionar que una de las piedras angulares más importantes del desarrollo del ecosistema de aplicaciones móviles son las API pues gracias a éstas es posible entregar rápidamente servicios de valor a los clientes en el que se integran múltiples sistemas.
Muchos de los datos proporcionados gracias a las OIT, como los niveles de humedad, golpes, presión sobre los productos y vibraciones, podrían pasar inadvertidos para un Gerente de SCM. Sin embargo, lo óptimo es que ningún dato se descarte hasta haberse analizado y evaluado su impacto.
La automatización del centro de distribución juega un rol clave para las IOT:
Big Data en Logística
Se dice que las próximas guerras mundiales serán por el agua y la información, por la importancia de estos tópicos. Procesar abundante información para lograr conocimiento en el menor tiempo posible agrega muchísimo valor a los operadores logísticos como a nuestros clientes.
En un informe de tendencias de DHL denominado “Big Data en Logística – más allá de la pompa” se establecen tres conceptos que mueve el análisis de la información: Velocidad, Variedad y Volumen (3V’s). En este informe se establecen también tres categorías diferentes de explotación de la información:
El sector logístico se posiciona como uno de los grandes beneficiarios de los avances metodológicos y tecnológicos que ofrece Big Data. Los operadores logísticos gestionan un masivo flujo de bienes y, al mismo tiempo, generan vastos volúmenes de información. La pregunta que cabe aquí entonces es si toda la información obtenida por ese flujo de bienes: envío y recepción de mercadería, peso, volumen, geolocalización, tipo de contenido, está siendo realmente analizada para encontrar valor para el cliente y para los operadores logísticos. Probablemente no.
Quizás el beneficio más interesante y rentable de Big Data es la aparición de nuevos modelos de negocio para los operadores logísticos: combinar la geolocalización de las direcciones de entrega con información geosocial (tipo de público, densidad poblacional) con el tipo de producto que reciben más información viva de las redes sociales podrían establecer tendencias de consumo. Esto es oro para las grandes corporaciones que generan productos de consumo masivo.
La realidad aumentada consiste en agregar información de valor del entorno auto-generada por sistemas informáticos a la realidad física. Google Glass ofrece información de valor del entorno como el clima, la temperatura o el estado del tránsito, mientras efectuamos actividades diversas, como leer un mail, nos movemos en la ciudad o al ver un video en youtube. Recientemente, en Pokemon Go se salta entre la realidad aumentada y la realidad virtual. En un reporte de tendencias de DHL “Augmented Reality in Logistics” se establecen 4 casos de uso de la realidad aumentada en la logística:
En las operaciones del almacén la más tangible de las soluciones de la RA es la optimización del proceso de picking. La gran mayoría de almacenes aún utilizan el papel para el picking lo que conlleva a errores y lentitud al proceso. Por otro lado, este esquema tradicional de picking conlleva a un elevado costo de entrenamiento cuando el personal es reemplazado. Al aplicar la RA en el picking, el tiempo de entrenamiento se reduce pues se tiene una visión global del proceso con un acompañamiento paso a paso e integrado con el WMS que a la vez liberan las manos para efectuar las actividades manuales de una manera más eficiente y segura. Si le agregamos sistemas automatizados de código de barra y de imágenes se podría monitorear en tiempo real el desplazamiento del operario.
La realidad aumentada también beneficia al planeamiento de almacenes si se combina con elementos de la realidad virtual. Podría combinarse una simulación de un cambio a un proceso real de un almacén. Estos cambios son sobrepuestos en la realidad para evaluar y efectuar ajustes en campo sin mover un solo rack. El beneficio inmediato es un altísimo ahorro de costos para el re-diseño y planificación de los almacenes.
Finalmente, la consumerización de servicios y productos presionan a los negocios a ser más veloces, eficientes y a lograr una experiencia global memorable para el cliente. Los operadores logísticos forman parte de esa cadena de valor por lo que la utilización de las tecnologías de la información aquí descritas ya dejaron de ser opcionales.