Cadena de restaurantes colombianos se automatiza

agosto 23, 2020

Escrito por: Jorge Choque

La cadena MUY tiene más de 30 restaurantes en Bogotá y cuatro en la Ciudad de México. A principios de agosto abrió su primer local “sin contacto” en un distrito comercial de Bogotá. Agencia AP Una cadena colombiana de comidas rápidas está automatizando sus restaurants en momentos en que la pandemia del coronavirus golpea el sector

La cadena MUY tiene más de 30 restaurantes en Bogotá y cuatro en la Ciudad de México. A principios de agosto abrió su primer local “sin contacto” en un distrito comercial de Bogotá.

Agencia AP

Una cadena colombiana de comidas rápidas está automatizando sus restaurants en momentos en que la pandemia del coronavirus golpea el sector gastronómico a nivel mundial.

La cadena MUY tiene más de 30 restaurantes en Bogotá y cuatro en la Ciudad de México. A principios de agosto abrió su primer local “sin contacto” en un distrito comercial de Bogotá, donde muchos restaurantes se han visto obligados a cerrar ante la prohibición de recibir clientes en su interior.

El local está lleno de coloridas pantallas táctiles en las que los clientes pueden colocar sus pedidos. Otra pantalla le avisa a la gente cuando su pedido está listo y le indica el cubículo donde puede recogerlo en una bolsa. El pago también está automatizado y las máquinas aceptan tanto dinero en efectivo como tarjetas de crédito.

“Es muy práctico”, comentó Felipe Sánchez, un publicista que dice que compra comida en el restaurante dos veces a la semana. “Siguen garantizando la calidad y el sabor pero con las nuevas prácticas que hay que tener en estos días”.

MUY sirve platos a base de arroz recién cocinado que incluyen proteínas como pollo asado y carne desmechada, vegetales y otros acompañantes típicos como plátanos, frijoles, chorizo y chicharrón.

La empresa emplea pantallas táctiles desde que fue fundada en el 2018 y dice que ya venía planeando la transición hacia un servicio sin contacto desde antes de que surgiera la pandemia.

“La tecnología hace que sea más rápido el servicio y tambián que sea más personalizado”, expresó el director ejecutivo de la firma José Guillermo Calderón. Explicó que las computadoras guardan la información de lo que piden los clientes y que cuando regresan, la pantalla les muestra los platos que ya han pedido.

Las máquinas también contabilizan qué cantidad de cada ingrediente se está pidiendo, lo que permite a la empresa evitar comprar más de lo que necesita.

“Un restaurant tradicional de almuerzo puede desperdiciar entre el 20% y 30% de su comida”, afirmó Calderón. “Nosotros desperdiciamos el 2.7%. Todavía es bastante, pero menos que el resto de la industria”.

Los restaurantes automatizados surgieron a fines del siglo XIX y principios del XX, cuando empresarios de Alemania y Estados Unidos abrieron sitios que vendían comidas con máquinas, en las que se pagaba con monedas. Los de Estados Unidos empezaron a desaparecer en la década de 1980.

Pero todavía hay algunos en Holanda y en el 2018 abrió uno parecido, sin contactos físicos entre personas, en Buenos Aires.

Los intentos más recientes por imponer restaurantes automatizados con pantallas táctiles han tenido un éxito limitado en Estados Unidos.

Spyce, un restaurante de Boston en el que la preparación de las comidas estaba automatizada, cerró en noviembre para hacer cambios en su menú y no ha vuelto a abrir. Eatsa, inaugurado en San Francisco en el 2015, cambió de nombre y ahora se enfoca en desarrollar software.

MUY trata de adaptarse a la pandemia ofreciendo al cliente la oportunidad de hacer pedidos desde su casa a través de una aplicación. Además está contratando personal para la cocina, así no tiene que invertir tanto en maquinaria.

Calderón dijo que la cadena genera un millón de dólares por mes en sus más de 30 locales y que las ventas están alcanzando los niveles de antes de la pandemia. El menú incluye platos de solo US$ 2.20.

“Es súper económico”, dijo Dayana Briceño, una esteticista que almuerza allí. “Y me permite regresar al trabajo rápido”.

MUY quiere presentarse como un sitio bioseguro. Un empleado recibe al cliente en la entrada y le ofrece un gel desinfectante. Las pantallas, por otro lado, son limpiadas periódicamente.

Fuente: diario Gestión

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