Guerra en Ucrania: ¿Cómo afecta al sector  logístico?

junio 23, 2022

Escrito por: Oscar Hernández

A pesar de que el volumen de negocios de Rusia con América Latina es bajo en comparación con otras regiones del mundo, hay ciertos sectores productivos que se están viendo afectados por la guerra como el de los fertilizantes.  La guerra entre Ucrania y Rusia ha impactado directamente a la economía mundial. Aunque el volumen

A pesar de que el volumen de negocios de Rusia con América Latina es bajo en comparación con otras regiones del mundo, hay ciertos sectores productivos que se están viendo afectados por la guerra como el de los fertilizantes. 

La guerra entre Ucrania y Rusia ha impactado directamente a la economía mundial. Aunque el volumen de negocios de Rusia con América Latina es bajo en comparación con otras regiones del mundo, hay ciertos sectores productivos que se están viendo afectados por la guerra. 

Según el Observatorio de Complejidad Económica (OEC), en el 2021 Rusia exportó US$11,000 millones a la región, mientras que Latinoamérica le vendió productos por un valor de US$8,500 millones.

Entre los productos más comunes que Latinoamérica vende a Rusia se encuentran las frutas, verduras, carnes y pescado.

Por otro lado, los países de la región con mayores nexos comerciales con Rusia son Brasil, país exportador de soya, carne, tabaco y café; y México, exportando autos, computadoras, cerveza y tequila. 

Adicionalmente, Moscú y Kiev compraban casi la cuarta parte de plátanos que exporta Ecuador, sin embargo, con la devaluación de la moneda rusa y el descalabro económico, es probable que el negocio enfrente consecuencias negativas.

Por su parte, según el OEC, la mayor parte de las exportaciones rusas a Latinoamérica son fertilizantes que llegan a Brasil y México, un sector que concentra el 40% de los envíos rusos a la región.

La lista se completa con el acero, petróleo refinado y las vacunas Sputnik.

Según Juan José Castro Cáceres, gerente de abastecimiento y distribución de Indurama, la guerra ha originado por defecto un alza de los precios a nivel mundial, con mayor impacto en el petróleo y gas natural (mayor inflación), como también escasez en los productos principales que exportan tanto Rusia como Ucrania e inestabilidad en la demanda.

Adicionalmente, el ejecutivo de Indurama afirma que, como consecuencia del enfrentamiento bélico, se ha generado gran incertidumbre en los mercados internacionales y financieros, determinando una contracción del crecimiento económico.

Se evidencia el efecto negativo de los bloqueos y/o cancelación de rutas hacia o desde los puertos de ambos países en conflicto, así como en las capacidades de carga. A la crisis mundial de disponibilidad de equipos (contenedores) y espacios para el comercio internacional originado por la pandemia, se suma la guerra entre Rusia y Ucrania, reduciendo más aún el flujo de contenedores”, indica el especialista. 

Los efectos de la guerra en Perú  

Como balanza comercial, las exportaciones peruanas a Rusia y Ucrania representaron US$ 202.8 millones (2021) reflejando un crecimiento de 47.8% frente al año anterior.

Por el lado de las importaciones, sumaron US$ 782 millones (2021). En ese sentido si bien existe un déficit, las medianas y pequeñas empresas también entran en riesgo por la guerra. 

Por su parte, Castro menciona que, si bien se evidencia una mejora en el manejo sanitario en el país, aún la desconfianza del sector empresarial, la falta de señales acertadas por parte del Ejecutivo, el incremento de los conflictos sociales y los factores externos relacionados con el conflicto bélico, generan mayor presión inflacionaria que han hecho que el PBI pierda impulso. 

El escenario no pinta bien, de alargarse la guerra, Estados Unidos entraría en una desaceleración económica ocasionando efectos nada favorables para América Latina. La mayor preocupación del sector de electrodomésticos y de tecnología, es la proveeduría global de microprocesadores o chips. Desde el año pasado hay escasez a nivel mundial de estos componentes”, argumenta el ejecutivo. 

En ese sentido, al ser Rusia y Ucrania proveedores importantes de componentes esenciales para la fabricación de chips, tienen un rol clave dentro de la cadena de suministro de dichos bienes. “Ello tenderá a generar escasez e incremento de precios de los dispositivos. Como consecuencia, esto podría originar un desabastecimiento de artefactos electrodomésticos o productos de tecnología a nivel global”, agrega el especialista en logística. 

Incremento del precio del combustible 

Una de las principales consecuencias de la guerra en el sector logístico es que se ha disparado el precio del combustible. Esto se debe principalmente a las sanciones impuestas a Rusia, el tercer exportador de petróleo del mundo tr as Estados Unidos y Arabia Saudita. 

Esta situación ha permitido que el precio de la gasolina y el diésel empiecen a subir, afectando al transporte de mercancías y supondrá que se produzcan recargos en la logística.

En la medida de que se impongan nuevas sanciones, se deberá soportar una mayor inflación.

Para el especialista de Indurama, la logística se ve directamente afectada por el alza de los combustibles, lo cual se traduce en un incremento en los costos del transporte, habiéndose producido un incremento en muy corto plazo del 60% en el nivel de Búnker promedio ( combustible marítimo ). 

Transporte de mercancías 

La invasión rusa también ha impactado en el transporte por carretera y mar, puesto que muchas rutas comerciales pasan por los territorios en alerta máxima.

Este factor, sumado a la falta de conductores de camiones provenientes de Ucrania, puede sobrellevar retrasos en el transporte de materiales. 

Con respecto al transporte por aire, Rusia ha bloqueado su espacio aéreo a más de 35 países, por lo que cualquier avión de mercancías que utilizaba el espacio aéreo ruso, tendrá que buscar rutas alternativas, gastando más combustible par a poder volar. 

Por ello, teniendo en cuenta que el 80% del comercio internacional se efectúa mediante el transporte marítimo, esta situación puede desencadenar un desorden en la cadena de suministro a nivel global. 

Aumento de costes 

Al igual que en la pandemia, la guerra puede incrementar los costos de transporte. Los precios de los fletes marítimos se encuentran ocho veces más altos que antes de la pandemia por COVID-19, según un estudio de Macroconsult.

Estas tarifas del transporte de carga por barco se han ido elevado a nivel mundial desde el segundo semestre del año pasado, principalmente en las rutas provenientes de Asia y con la guerra, esto podría continuar.

Por ejemplo, en Perú, la situación de los fletes también tuvo un gran incremento. Según datos de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) los costos aumentaron de US$ 3,000 hasta los US$ 15,000 en la actualidad, por lo que este incremento tendrá una repercusión en el valor de algunos productos. 

En ese contexto, los países de Latinoamérica deben apuntar a elaborar planes de contingencia ante este conflicto armado.

En el contexto en el que los países de esta región son exportadores de materia prima y perecibles, así como importadores de productos claves para distintas operaciones, se debe diseñar una estrategia sostenible para que la logística siga funcionando correctamente. 

Problemática a corto plazo: Faltan fertilizantes en América Latina 

El Ministerio de Comercio e Industrias de Rusia recomendó hace un tiempo a los productores de fertilizantes rusos paralizar de manera momentánea sus exportaciones.

Esta medida afecta directamente a países como Brasil, debido a que es el más dependiente de los fertilizantes rusos, lo cual afecta a su industria agrícola ya que es uno de los principales exportadores de oleaginosas y cereales a nivel mundial. 

En ese sentido, el gobierno brasileño anunció que lanzará un programa nacional para reducir la dependencia de los fertilizantes importados debido al alza de los precios de estos insumos. 

Por su parte, los productores venezolanos de maíz y de arroz temen una alarmante caída de sus cosechas, sin el suministro del suplemento agrícola clave en la región conocida como el granero de Venezuela.

En general, toda la región se enfrenta a este problema, especialmente los gigantes agrícolas: Brasil y Argentina, pero también en mayor o menor medida, México, Ecuador, Colombia y Perú. Por ello, se buscan alternativas para producir toneladas de fertilizantes. En la región de Turén tienen dos de los ingredientes fundamentales el nitrógeno y el fósforo, y sólo tendrían que importar cloruro potásico. 

De acuerdo con un análisis realizado por el Focus Economics, al inicio del 2022, los precios de los alimentos producidos con estos fertilizantes ya se habían elevado hasta en un 6%, con expectativas de seguir creciendo el primer semestre del presente año. Ahora, con el factor de la guerra, este incremento podría llegar a ser catastrófico para la economía de muchos países.

Juan José Castro Cácceres – Gerente de Abastecimiento y Distribución en Indurama

 

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