Depurando el camino hacia un aire más limpio

By: Oscar Hernández
Jun.06, 2017
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El tope de emisiones de sulfuro impuesto por la OMI, que pretende reducir a un mínimo de 0,5% el total de emisiones de dióxido de sulfuro para el 2020, tiene a toda la industria en búsqueda de alternativas viables para cumplir con la normativa en una verdadera carrera en contra del tiempo.

De acuerdo al proveedor de información y análisis de energía y commodities S&P Global Platts, la opción más popular entre los armadores es equipar las embarcaciones son sistemas de limpieza de emisiones, también conocidos como depuradores (scrubbers). Consiste en instalar un sistema que rocía agua alcalina en el sistema de escape de la nave, lo cual elimina el dióxido de sulfuro y otros químicos no-deseados de las emisiones. Esta tecnología ha sido largamente utilizada en plantas de energía terrestres, aunque sus resultados están por verse en el área marítima.

Apurar en depurar

La principal ventaja de los depuradores es que permiten a los armadores continuar utilizando petróleo como combustible y cumplir con la reglamentación ambiental. Pero esto tiene un alto costo, ya que el armador debe entregar cerca de US$6 millones como adelanto para instalar el equipamiento en cada embarcación.

En el largo plazo ese capital invertido se recupera con el ahorro en cuentas de combustible más bajas –y la velocidad de retorno sobre la inversión estará determinada por el diferencial entre el precio del combustible tradicional y el bajo en sulfuros, según indica el análisis de S&P Global Platts. Sí, los depuradores son costosos, pero GNL o incluso metanol podrían significar inversiones aún mayores.

La falta de espacio disponible en astilleros de todo el mundo podría limitar la cantidad de naves equipadas con depuradores al 2020, ya que la flota mundial está siendo simultáneamente equipada con sistemas para el manejo de aguas de lastre, otra regulación ambiental promovida por OMI y gobiernos. Algunos armadores están esperanzados de que los precios de instalación de depuradores bajen a medida que se acerca el 2020 y que más fabricantes ingresen al mercado, mientras que otros están a la espera de comprobar cómo funcionan estos sistemas y cuán efectivos son antes de comprometerse con la inversión.

Un calce para todos

Los armadores que están pensando en instalar depuradores necesitan considerar cuál es el más apropiado para sus necesidades. Los depuradores de circuito abierto (open-loop) se alimentan de agua de mar -que es naturalmente alcalina-, la integran al sistema de escape y luego la devuelven al océano, mientras que los sistemas de circuito cerrado (closed-loop) añaden soda cáustica para aumentar la alcalinidad del agua utilizada y luego retienen el agua para descargarla en puerto. También hay sistemas híbridos que pueden funcionar con circuitos abiertos y cerrados.

Los depuradores de circuito cerrado tienen un costo de operación más alto, ya que se debe costear la soda cáustica y el costo de descarga en puerto. Los depuradores de circuito abierto también tienden a ser más económicos de instalar, llegando hasta US$800 mil menos que los sistemas cerrados.

Sin embargo, los sistemas abiertos tienen un riesgo regulatorio: legisladores preocupados sobre la acidificación del mar podrían buscar prevenir que los armadores desechen el agua sulfurada directamente en el mar.

La tecnología actual es adecuada para remover el sulfuro y nitrógeno de las emisiones y con algunas modificaciones podría remover bastante material particulado. Sin embargo, si las restricciones sobre las emisiones de carbono se implementan de manera obligatoria, entonces la tecnología de depuradores no sería una manera costo-efectiva de cumplimiento.

 

Fuente: Mundo Marítimo


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