Economía circular: propuestas innovadoras en el escenario de los negocios internacionales

agosto 1, 2020

Escrito por: Oscar Hernández

Países de todo el mundo vienen implementando modelos de economía circular con el objetivo mitigar el impacto de los residuos plásticos que se generan anualmente, a través de la aplicación de soluciones de tecnología RFID en los envases. Perú también ha dado pasos importantes pero los desafíos aún son grandes por: Guillermo Salazar Biffi –

Países de todo el mundo vienen implementando modelos de economía circular con el objetivo mitigar el impacto de los residuos plásticos que se generan anualmente, a través de la aplicación de soluciones de tecnología RFID en los envases. Perú también ha dado pasos importantes pero los desafíos aún son grandes

por: Guillermo Salazar Biffi – Docente de la Escuela de Negocios de la Facultad de Administración y Negocios Internacionales de la UPC

Los esfuerzos de muchos países por adaptarse a los cambios del entorno y sumarse a una cadena de cuidado sostenible han sido notables en los últimos años y el Perú no ha sido ajeno a estos cambios; por ello, mediante una acción conjunta entre los ministerios de la Producción y Medio Ambiente, se aprobó la hoja de ruta que busca brindar las condiciones necesarias para que las empresas migren progresivamente al modelo de economía circular, el cual promueve la optimización de recursos y procesos a través de cuatro enfoques principales: i) producción industrial sostenible; ii) consumo sostenible; iii) aprovechamiento de material de descarte y gestión de residuos industriales; e iv) innovación y financiamiento.

El comercio internacional tampoco es ajeno a esta realidad y, en ese sentido, empresas como MIWA Technologies, ubicada en República Checa, vienen desarrollando soluciones tangibles con alta demanda en tiendas y supermercados. El objetivo es mitigar el impacto de las 16 millones de toneladas de residuos de envases plásticos que se generan anualmente en la Unión Europea. Esta innovación provee soluciones orientadas a usuarios responsables con la finalidad de minimizar la generación de desperdicios a través del uso de envases provistos con tecnología RFID, la misma que se usa en la automatización de procesos logísticos, y que permite la comunicación de envases reusables con dispensadores inteligentes ubicados en supermercados o establecimientos comerciales.

Un chip insertado en el envase permite la recarga de dinero electrónico (mediante el uso de su propio celular) y facilita la compra de artículos que formarán parte de su contenido. Además, el mismo envase proporciona información relevante como las fechas de vencimiento y otras características propias del producto, todo ello en la palma de su mano y reduciendo al máximo el uso de plástico. Dado que el envase es de uso personal, existe una reducción del contacto, lo cual evita de manera significativa la posibilidad de contagios de enfermedades.

MIWA rompe el paradigma de empresas tradicionales del mismo sector, cuyo enfoque gira en torno de los enunciados, cada vez más desfasados y poco convencionales de la Economía Lineal. De esta forma, posiciona la estrategia de su negocio bajo el concepto de la nueva Economía Circular y adopta 4 de sus principios fundamentales como son: la recuperación de recursos; Extensión de la vida útil del producto; Plataformas compartidas y Productos como servicios.

De acuerdo con los datos de la Fundación Ellen MacArthur (Reino Unido), a partir del año 2025 se estima un ahorro anual superior a US$ 1 billón sobre los costos de materia prima, siempre y cuando las empresas adopten un enfoque restaurador en el cual se tomen en consideración los enunciados de la Logística Inversa como parte del nuevo modelo de negocios de escala
mundial.

De acuerdo con los datos del Ministerio del Ambiente, en nuestro país apenas se recicla de manera formal el 4% de las 900,000 toneladas de plástico que se desechan anualmente. La gran mayoría de las botellas y envases de plástico usados tienen como destino final el mercado negro, donde son reutilizadas por empresas inescrupulosas que se dedican a la producción y comercialización de productos adulterados.

Bajo este escenario, la formalidad de las empresas se convierte en una carretera de doble vía en la cual, por un lado, se promueve el cuidado del medioambiente y, por otro, la reducción de contagios ante los efectos de una guerra contra un enemigo invisible; sin embargo, nada de esto podría funcionar sin una política social orientada a la promoción de una cultura responsable, la misma que ya cuenta con un marco normativo amparado bajo la Ley 30884, promulgada por el Ejecutivo el 8 de diciembre de 2018.

Podemos apreciar que nos encontramos ante una excelente oportunidad de mejora a través del uso de la innovación tecnológica y las acciones conjuntas entre el sector público y el privado, con el objetivo de promover la economía circular en nuestro país.

De cara a la celebración del Bicentenario de la República, ¿lograremos que los principios de la Economía Circular cambien el actual modelo económico, social y medioambiental de nuestro país?

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