Del total de la matriz energética peruana, solo aproximadamente el 5% proviene de fuentes renovables no convencionales, lo que indica el extenso camino que debe recorrer el país en esta materia.
En la actualidad, la transición energética es un tema recurrente en las agendas de los gobiernos. Disminuir el uso de combustibles fósiles (como el gas, carbón y petróleo) a través de la implementación y uso de energías que provengan de fuentes renovables tendría, definitivamente, un impacto positivo en el medio ambiente.
En tal sentido, para cumplir con el objetivo de descarbonizar la economía y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, las energías renovables se posicionan como una alternativa útil y sostenible.
Del total de la matriz energética peruana, solo aproximadamente el 5% proviene de fuentes renovables no convencionales, lo que indica el extenso camino que debe recorrer el país en esta materia.
En ese marco, las características geográficas que presentan algunas zonas del territorio nacional ofrecen una oportunidad única para que el Perú se desarrolle en este aspecto.
La velocidad de los vientos y los lugares de alta radiación permitirían la instalación de granjas solares y parques eólicos, por ejemplo.
El compromiso con el cuidado del planeta y de sus recursos recae en gran parte en la electrificación sustentable de los países y ciudades.
Por ello, poner especial atención en el potencial que tiene el país para el desarrollo de energías renovables será una de las vías para lograrlo.
No obstante, la instalación de plantas de energías renovables no convencionales como la eólica y solar a través de parques eólicos y granjas solares significa una inversión millonaria para los presupuestos de cada país.
Según Luis Ernesto Silva, VP de la Unidad Andina en Nexans, solo en Perú se necesitan US$ 1,400 millones para generar este tipo de energías.
Es importante mencionar que ya existen proyectos renovables activos o a punto de iniciar en el país. Según CESI Energy, al cierre del 2021, en Perú se entregaron cuatro concesiones definitivas, cuya inversión conjunta estimada es de US$ 563.63 millones.
Es el caso de la central solar Clemesí, central solar Iquitos, central eólica Punta Lomitas y central eólica Parque Eólico San Juan.
La región también viene desarrollando proyectos interesantes para descarbonizar su matriz energética.
Es el caso de Chile, que según destacó el Ministerio de Energía de este país en 2021, del total de la capacidad instalada, el 53,3% corresponde a recursos renovables, es decir, de origen hidroeléctrico (hidro-embalse e hidro-pasada, con un 11,9% y 12,1% respectivamente), solar fotovoltaica (17,8%), eólico (9,9%), biomasa (1,5%) y geotermia (0,2%).
Por otro lado, según la Cámara de Comercio de Bogotá, para el 2022, el 12% de toda la energía generada en Colombia será de fuentes no convencionales gracias a la incorporación de proyectos de energía solar y eólica.
En el caso de la matriz energética brasileña, según el Ministerio de Minas y Energía, las fuentes de energía renovables son responsables de más del 84%.
En ese marco, resulta evidente que las energías renovables en la región están experimentando un desarrollo rápido y que la transición energética en Latinoamérica sea una realidad innegable.
Por ello, resulta importante fomentar las inversiones en esta materia y posicionar al Perú como una de las naciones líderes en este camino, electrificando el país de forma sostenible.
El transporte terrestre es un aspecto clave en los procesos logísticos. La eficacia de un buen sistema de transporte puede hacer la diferencia entre un servicio logístico exitoso y uno fallido.
En ese sentido, la cantidad y uso diario de camiones, camiones container, y vehículos en general que necesita un operador logístico dedicado a tareas de transporte de mercadería es de gran cantidad.
Si continuamos en la línea de la electrificación sostenible y de reducir el impacto de los combustibles en el entorno, podemos identificar a la electromovilidad como una de las principales tendencias en logística y distribución.
Si bien la incorporación de una flota eléctrica necesita de inversión y de una serie de transformaciones dentro de las compañías, los posteriores beneficios obtenidos justifican, sin duda, estos esfuerzos.
Contar con una flota de vehículos eléctricos no solo disminuye el daño al medio ambiente al minimizar las emisiones de CO2, sino que también reduce la contaminación acústica, al usar un motor más silencioso, y reduce el desgaste de las piezas del vehículo y, por ende, las averías en el mismo.
Según Alex García, gerente general en Indeco by Nexans, optar por la electromovilidad no solo mejorará la eficiencia del sector transporte, sino que convertirá a Perú en un país más moderno y sostenible para las generaciones futuras.
Cuando hablamos de logística sostenible, es importante tener en cuenta todas las actividades de la cadena de suministros y buscar la forma de reducir el impacto ecológico en cada una de ellas.
Desde el embalaje hasta el transporte del producto, cada proceso debe ser reevaluado con el objetivo de medir su impacto y hallar una alternativa más amigable con el medio ambiente.
El auge del comercio electrónico debido a la pandemia y, en consecuencia, el de la logística de última milla a través de la distribución a domicilio, ha aumentado la cantidad de vehículos, especialmente motos, que causan un gran impacto al ambiente mediante sus emisiones de CO₂.
En ese sentido, el uso de vehículos eléctricos o el fomento del método de recojo en punto de venta o almacén podría ser una solución más sustentable.
De igual forma, no solo el tema de transporte tiene impactos negativos en nuestro entorno. Si buscamos tener una logística más sostenible en nuestra organización u ofrecer un servicio más sustentable a nuestros clientes, se deben tomar en cuenta aspectos como la iluminación de los almacenes, gestión y reciclaje de residuos, material utilizado en los embalajes, uso racional de los recursos, cálculo y seguimiento de la huella de carbono de las operaciones, etc.
Las energías renovables son un recurso que nos ofrece la naturaleza para sustituir el uso de combustibles fósiles que generan contaminación y promueven el cambio climático; y que impactan e influyen positivamente en diversas industrias como la logística. Es responsabilidad de todos fomentar su desarrollo y utilización para transformar al Perú en un país más sostenible.