En el 2O2O después de una caída de casi el 14% exhibida en el 2O2O, la producción del sector minero se recuperó parcialmente en el 2O21. Según cifras del Ministerio de Energía y Minas (Minem) a noviembre del 2O21, el PBl minero acumuló un aumento del 12% respecto al mismo periodo del 2O2O (rebote estadístico).
No obstante, los niveles de producción del sector en el 2O21, aún se encontraron un 5% por debajo de los volúmenes alcanzados previos a la pandemia. Las razones para no haber alcanzado la producción del 2O19 son: menores leyes, dificultades operativas para evitar la propagación del Covid–19 y el incremento de la conflictividad social alrededor de diferentes yacimientos mineros, especialmente durante el último trimestre del 2O21 (Las Bambas).
Para este 2O22, el BCRP anticipa que la producción del sector minero metálico crecería alrededor del 6% y recuperaría así sus niveles prepandemia. El resultado estaría explicado por los mayores volúmenes de cobre que se registrarían en proyectos como Mina Justa y la Ampliación de Toromocho, así como también por el progresivo inicio de Quellaveco en el último trimestre de este año, entre los principales.
Si bien se espera una recuperación de la producción en el corto plazo, las perspectivas a mediano plazo del sector se han visto afectadas por la incertidumbre alrededor del desarrollo de nuevos proyectos de inversión que permitan ampliar su capacidad productiva.
Esto ocurre a pesar de un entorno internacional favorable, caracterizado por la expectativa de altas cotizaciones internacionales de los minerales para los próximos años, y por una mayor demanda de metales como el cobre debido la transición del mundo hacia una matriz energética basada en tecnologías más limpias.
El problema en nuestro país es un entorno económico desfavorable para la inversión de nuevos proyectos mineros por la incertidumbre política y conflictividad social.
Esto llevaría, de acuerdo con el BCRP, a que la inversión minera registre una contracción promedio del 7% entre el 2O22 y 2O23.
Estos datos se alinean con los datos recogidos por el Fraser lnstitute, los cuales muestran que, entre el 2O18 y el 2O2O, el Perú ha retrocedido 2O posiciones en el ránking global de atractivo para la inversión minera al pasar del puesto 14 a la ubicación 34 entre 77 países analizados.
La recuperación de la inversión minera en exploraciones y nuevos proyectos es el reto para el actual gobierno y para todas las empresas participantes en el sector.
La reactivación del sector logístico minero, en una era donde el objetivo es recuperar los niveles prepandemia, consta de garantizar excelencia operacional, es decir buscar el mejor costo para nuestros clientes, y esto se logra a través de una mayor automatización de procesos.
Como empresa hemos tenido que implementar herramientas de automatización que monitorean las operaciones a nivel real y analítica de datos, así como las ya conocidas técnicas de Lean Six Sigma para nuestros procesos Core.
La identificación y reducción de tiempos muertos en nuestros procesos y en el de nuestros clientes es un factor clave para mejorar la eficiencia y mejorar nuestra competitividad.
También creemos firmemente en la constante capacitación de nuestro capital humano para seguir impulsando nuestros procesos de automatización. Si nuestros colaboradores van de la mano con las últimas tendencias del mercado, la excelencia operacional que tanto buscamos se consolidará.