La logística se convierte en la clave de las estrategias corporativas

junio 29, 2021

Escrito por: Jorge Choque

Las nuevas tendencias en los hábitos de consumo y un escenario global cada vez más incierto ofrecen oportunidades a la logística para ser un motor de crecimiento de las ventas. En marzo, el carguero Ever Given bloqueó el canal de Suez durante casi una semana, causando unas pérdidas diarias de casi 10.000 millones de dólares

Las nuevas tendencias en los hábitos de consumo y un escenario global cada vez más incierto ofrecen oportunidades a la logística para ser un motor de crecimiento de las ventas.

En marzo, el carguero Ever Given bloqueó el canal de Suez durante casi una semana, causando unas pérdidas diarias de casi 10.000 millones de dólares para el comercio internacional. La dimensión del impacto ejemplifica los efectos que tienen sobre la actividad logística tanto los acontecimientos puntuales como el cambio de los patrones de consumo a largo plazo. Las empresas han visto cómo la pandemia aceleraba la irrupción de un nuevo modo de relación entre compañía y cliente, con un auge histórico del comercio electrónico que ha llegado para quedarse.

Este escenario eleva la complejidad para sus cadenas de suministro, que se han convertido en un elemento estratégico para las compañías. En este sentido, la tecnología es una palanca clave para mejorar su eficiencia y su capacidad para generar ingresos, como se señaló en el encuentro digital La omnicanalidad y los modelos de última milla rentables y sostenibles, organizado por EXPANSIÓN con la colaboración de Oracle y Accenture, que se enmarcó en el Ciclo de digitalización en el contexto de los fondos Next Generation EU.

Experiencia

La agilidad es una cualidad esencial para que los retailers den respuesta a los constantes cambios en los hábitos de compra y las expectativas de los consumidores. Como consecuencia de esto, «la entrega es uno de los elementos que más condiciona la experiencia de cliente. Eso hace que la cadena de suministro sea más importante y estratégica que nunca porque es un posible generador de ingresos; la tecnología es vital para conseguirlo»; explicó Javier Torres, vicepresidente y director del negocio de Aplicaciones en Iberia de Oracle.

Desde la perspectiva de las compañías, «uno de los principales cambios en el canal profesional es que la exigencia es máxima: el cliente conoce muy bien el producto y tiene acceso a más información que antes. Cada transacción es un examen para nosotros», indicó Jordi Martín, director general de operaciones de Fluidra en EMEA. De este modo, un fallo repetitivo o una experiencia inadecuada pueden desembocar en un cambio de proveedor.

El listón de la exigencia no se ha elevado menos en el caso del consumidor final. Respecto a la situación previa al Covid-19, «los consumidores demandan que las empresas tengan un propósito y unos valores acordes con los suyos, la pandemia le ha hecho consciente de la importancia del hogar en su vida y las ventas online han experimentado un aumento que se mantendrá», aseveró Diego Aparicio, responsable de compra estratégica en logística y transporte de Ikea.

La dinámica es similar en el mundo de la moda, que ha confirmado algunas de las tendencias anteriores y ha acelerado otras. «El incremento de las ventas a través del ecommerce nos obliga a transformar el papel de la tienda física», resaltó Manel Jiménez, director general de cadena de suministro de Tendam, el grupo dueño de marcas como Cortefiel, Pedro del Hierro y Springfield. Aunque coincidió en que el consumidor es cada vez más exigente, matizó que «en nuestro sector ha habido un cambio de estilo de vida y valores que demanda productos más sostenibles».

Fruto de la mayor predisposición a adquirir online cualquier tipo de producto, «el consumidor quiere comprar lo que quiere, cuando y donde quiera. Eso introduce un nivel de complejidad sin precedentes en la cadena de suministro», afirmó Gonzalo de Oña, managing director de cadena de suministro, operaciones y sostenibilidad de Accenture Strategy. Asimismo, añadió que «las expectativas son más altas que nunca y han evolucionado con el tiempo».

Las expectativas relacionadas con el precio y la velocidad en la entrega proporcionan a la logística la posibilidad de generar una oferta diferencial y, por primera vez, funcionar como un elemento impulsor de las ventas. De Oña hizo hincapié en que «la logística es clave en cualquier estrategia de omnicanalidad, es la llave para ofrecer experiencias personalizadas y puede actuar como motor de crecimiento rentable y sostenible».

Omnicanalidad

La necesidad de ofrecer una experiencia única a través de los distintos canales exige que las compañías opten por una visión integral. Javier Torres apuntó que «las capacidades analíticas integradas son claves para una gestión holística y proactiva de la cadena de suministro, y es un área donde las empresas deben apoyarse en la tecnología para mejorar».

Jordi Martín incidió en que «la omnicanalidad es muy importante: tener todos los canales interconectados entre sí con el cliente en el centro, de forma que perciba la misma experiencia en cada uno de ellos». De forma adicional, Manel Jiménez puntualizó que «hay un aspecto tecnológico y de cadena de suministro, pero también es una cuestión de gestión del cambio donde las personas adquieren un rol fundamental, por ejemplo en el nuevo rol de la tienda como un punto logístico».

Por último, Diego Aparicio distinguió entre la faceta pura de logística y otra más basada en la cercanía con el usuario. Así, «intentamos crear nuevos puntos de contacto con el cliente donde pueda acercarse y, por otro lado, la última milla de transporte se basa en avanzar hacia un envío directo que reúna precio, tiempo y conveniencia».

Fuente: Expansión

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