Las políticas se deben actualizar regularmente para que optimice continuamente la planificación, el pronóstico, la ejecución con rendimiento, inventario y tiempo de ciclo.
Por: Raúl Yesid Mora Díaz
Antes que nada, las empresas por la naturaleza de su proceso deben tener identificado las estrategias de planificación para cada material y se convierten en el marco de referencia:
Es importante resaltar que la definición de una política de inventarios resulta del análisis calculado de varios factores y su frecuencia de actualización será de acuerdo con las disposiciones propias del negocio, las características de cada material y según la experiencia del planeador de materiales. Qué se debe tener presente?:
– Demanda histórica: consumos pasados, estocástica (diaria, semanal y mensual)
– Demanda proyectada: los materiales dependientes resultan de una explosión de necesidades, determinístico (BOM Vs plan de producción)
– Promedios de consumos.
– Desviación estándar.
– Lead time
– Variación del lead time
– Variación de la demanda
– Coeficiente de variación
En este sentido una macro de hoja de cálculo podría reunir y analizar las anteriores variables pero necesitamos algo mas. Ahora respondamos las siguientes inquietudes:
– ¿Cuál es el nivel de servicio esperado y el requisito de stock de seguridad asociado para los materiales que pertenecen a un determinado segmento?
– ¿Qué frecuencia de pedido y procedimiento de tamaño de lote son adecuados para una parte costosa con un tiempo de entrega largo que es impredecible?
– ¿Qué nivel de precisión de pronóstico se desea?
– ¿Cuál es una variabilidad aceptable para entregas tardías de proveedores?
Si partimos del concepto Six Sigma de los limites de control en la gestión de inventarios se podrían definir rango superior e inferior para las existencias aceptables que al final se refleja en el perfil de cobertura en la vista de planificación. Esto nos lleva a recordar estas concepciones:
– El stock máximo: viene determinado por la capacidad de almacenamiento y por la política de compras o aprovisionamiento.
– El stock mínimo operativo: indica el punto de consumo de existencias en el que es necesario reponerlas, justo antes de llegar a utilizar el stock de seguridad.
Volviendo a los límites de control, por supuesto y como ejemplo, pueden ser muy diferentes para los materiales caros e impredecibles que para los materiales baratos que presentan un consumo pasado constante de un período a otro. Según lo anterior la base para establecer una estructurada y soportada política de inventarios es determinar correctamente la segmentación de materiales:
Las siguientes son algunas de las preguntas que deben responderse mientras mantenemos la política de nuestros materiales:
– ¿Estamos reabasteciendo en función del consumo histórico, o esperamos lo que depara el futuro y amortiguamos la incertidumbre con un stock de seguridad?
– ¿Utilizamos stock de seguridad dinámico o estático?
– ¿Deberíamos establecer manualmente los puntos de pedido o hacer que se calculen automáticamente?
– ¿Nos reponemos en stock o en un pedido?
Sabemos que este nivel de inventario se mantiene en almacén para hacer frente a las variaciones de la demanda del producto, suministro o retrasos de los proveedores, problemas o averías de producción, pero ¿cómo se calcula?
Z: Valor obtenido mediante niveles de confianza. Es un valor constante que, si no se tiene su valor, se lo toma en relación al 95% de confianza equivale a 1,96 (como más usual) o en relación al 99% de confianza equivale 2,58.
Ahora, el método del punto de pedido en el sentido mas practico, se utiliza cuando no tenemos demanda futura y nos basamos en los consumos históricos (estocástico), entonces debemos recordar que los sistemas de reposición de stock nos marcarán la pauta: