La sostenibilidad, ¿ignorada en la cadena de suministro de las empresas?

enero 19, 2021

Escrito por: Jorge Choque

EY y Ecovadis han realizado el informe ‘La sostenibilidad en la cadena de suministro’, donde se han analizado datos procedentes de más de 16.000 empresas calificadas por Ecovadis entre 2018 y 2020. Ambas entidades entienden que es imperativa una reflexión y un análisis exhaustivo de las prácticas del tejido empresarial en cuanto a la gestión

EY y Ecovadis han realizado el informe ‘La sostenibilidad en la cadena de suministro’, donde se han analizado datos procedentes de más de 16.000 empresas calificadas por Ecovadis entre 2018 y 2020. Ambas entidades entienden que es imperativa una reflexión y un análisis exhaustivo de las prácticas del tejido empresarial en cuanto a la gestión de su cadena de suministro.

La pandemia de la Covid-19 ha puesto en jaque las economías y muchísimos sectores de actividad y uno de los impactos más significativos tuvo lugar en las cadenas de suministro a nivel mundial. La pérdida de libertad de movimiento y el abrupto parón de los sistemas productivos, logísticos y comerciales, derivaron en escasez de productos y retrasos en las entregas. Por esta razón y por una creciente presión normativa en materia de sostenibilidad, EY y Ecovadis creen necesario un debate sobre la sostenibilidad y la necesaria diligencia de las organizaciones sobre sus cadenas de suministro que son, cada vez, más globales.

Ambas entidades han realizado  el informe ‘La sostenibilidad en la cadena de suministro’, para lo cual se han analizado datos procedentes de más de 16.000 empresas. En aspectos como los sistemas de gestión en la cadena de suministros, el informe concluye que, aunque un 10% de las empresas españolas evaluadas tiene políticas de compras que vigilan tanto aspectos ambientales como sociales, el 50% no dispone de ninguna política de compras sostenibles. Como datos positivos, cabe destacar que el 26% cuenta con un código de conducta en materia de sostenibilidad específico para proveedores y que un 19% incluye cláusulas de sostenibilidad en los contratos comerciales con los mismos.

En cuanto a las herramientas de evaluación utilizadas en la cadena de suministros, el 35% de las empresas analizadas lleva a cabo evaluaciones auto declarativas regulares de los proveedores en materia social o ambiental, y casi un 6% realiza análisis de riesgos pormenorizado por categoría de compra. Además, las auditorías son las herramientas utilizadas por casi un 9% de las empresas, en comparación con el 14% a nivel mundial.

Retos en el corto plazo

En el informe se pone de manifiesto la existencia de una serie de retos, estrechamente ligados entre sí, que es imperativo afrontar en el corto-medio plazo para garantizar los avances realizados para una gestión más responsable de la cadena de suministro.  Esos retos son facilitar la capacidad y la rapidez de respuesta, a todos los niveles de la cadena y con todos los socios involucrados, proveedores y logística; mejorar las capacidades para obtener una foto más completa y global de la cadena de suministro, tratar a estas cadenas de suministro como sistemas reticulares, móviles y ágiles, o llevar a cabo un ejercicio de ajuste de las prioridades estratégicas de cada categoría de aprovisionamientos y, en consecuencia, revisar las relaciones mantenidas con los proveedores.

El estudio pone especial énfasis en el contexto normativo: conocer las regulaciones y las leyes existentes y futuras no solo en el país donde la empresa concentra su mayor actividad, sino en todos los lugares donde opera, es primordial para cualquier negocio.

Gestionar los riesgos

Según declara Alberto Castilla, Socio responsable de Sostenibilidad de EY, “la pandemia ha puesto de manifiesto que la gestión sostenible de la cadena de suministro es clave para la continuidad de la actividad de las empresas ya que permite gestionar mejor los riesgos y limita sus problemas de negocio. En los próximos meses -continua- veremos un aumento de la presión regulatoria que emana directamente de la legislación creciente alrededor de la responsabilidad corporativa que se desarrolla en el plan marco de la UE por la transformación verde y sostenible”. Por ello -añade-, “se hace necesario llevar a cabo una monitorización constante y exhaustiva de la regulación presente y futura que, de forma directa o indirecta, pueda ejercer una influencia en la gestión de la cadena de suministro, como eslabón fundamental de las cadenas de valor responsables. Las consecuencias de no hacerlo van desde sanciones, hasta riesgos reputacionales que toda organización debe evitar para no comprometer su viabilidad en el medio plazo”.

El contexto normativo que afecta a la gestión de la cadena de suministro evoluciona en dos ámbitos principales: la debida diligencia y la divulgación, leyes que contemplan, por ejemplo, que deban detallarse la estructura de la organización y el modelo de negocio y las cadenas de suministro asociadas al mismo. Además, también requieren del desarrollo de políticas internas y estándares en la cadena de suministro relacionados con el trabajo forzoso y el tráfico, así como la divulgación de los esfuerzos realizados en materia de debida diligencia en estas materias.

“La crisis actual ha intensificado aún más la necesidad de ubicar la sostenibilidad en el centro de los negocios. La sostenibilidad se presenta como una palanca para impulsar el cambio, crecer, diferenciarse y crear valor compartido, al mismo tiempo que permite a las empresas responder a las exigencias del mercado como la presión de los inversores o de las partes interesadas. Lo mismo ocurre con la sostenibilidad en las compras: la globalización y la internacionalización de las cadenas de suministro supone un claro desafío y, por ende, potenciales riesgos, por lo que es aún más importante gestionarlos y convertirlos en oportunidades. A través de la implementación de prácticas de compras sostenibles ventajosas tanto para la empresa como para los proveedores, estos riesgos se pueden limitar, al mismo tiempo que se crean cadenas de suministro resilientes y preparadas para el futuro», explica Patricia Cortés, Account Executive para Sur de Europa y Latinoamérica de Ecovadis.

Cinco claves

A modo de conclusión, una cadena de suministro resiliente y sostenible pasa por las siguientes cinco claves:

1. Realizar una evaluación de riesgos que cubra riesgos de diversa tipología: impacto en las personas, el impacto ambiental, gestión del buen gobierno, etc., resultando en un índice de riesgo calculado.

2. Identificar gaps. Activar y revisar las políticas y protocolos de gestión de riesgos existentes en cada tema relevante para identificar los gaps dentro del modelo actual de la cadena de suministro, incluido el impacto cualitativo y cuantitativo.

3. Definir respuestas para prevenir el impacto o permitir una respuesta ágil para mitigar las repercusiones teniendo en cuenta los grupos de interés involucrados, el entorno, los factores de proceso de la propia organización.

4. Simular la eficacia de la respuesta. Ejecutar una simulación que permita probar la eficacia de las respuestas ante potenciales escenarios de crisis (por ejemplo, riesgos climáticos en la cadena de suministro, vulneración de Derechos Humanos, entre otros).

5. Construir una hoja de ruta para generar mayores capacidades en la gestión de temas de sostenibilidad clave de acuerdo a la relevancia que tengan los mismos para el negocio (continuidad, gestión de riesgos, operaciones, etc.).

Fuente: Soziable

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